Su llegada provoca muchos cambios en la casa. L@s gat@s recelan de ella y ven reducido su espacio a una habitación y el pasillo. Además han de compartir a l@s human@s y no les hace mucha gracia.
Llevan días que prácticamente no andan por el suelo y han perdido el apetito. Miraremos el lado positivo, ¡por fin están a dieta!
Iris se adapta rápidamente a las nuevas circunstancias: hacer pipi y caca en el patio, comer cuando se le da la orden, quedarse encerrada en una habitación si no hay humanas, dormir separada... Se vuelve una sombra, siempre está al cerca de una persona.Pero hay cosas que le cuestan más. No sabe dormir encima de una manta. Siente pánico de la calle.
¿Quieres adoptarla? contacta con irisbuscafamilia@gmail.com
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